viernes, 25 de septiembre de 2015

El Porque... de lo que no se cuenta.

                                      Félix Bargados Díaz
EL PORQUE… DE LO QUE NO SE CUENTA
Sabiendo que, no hace tanto bien “el mundo de la verdad” como mal hacen sus apariencias; y teniendo claro que es muy difícil portar la antorcha de una “verdad” sin chamuscar las barbas a alguien; aun así, me siento en la obligación de poner de relieve alguna “verdad” que no suele contarse sobre las siguientes cuestiones angulares:
¿Por qué el karate que se enseñó a los japoneses, paso de ser natural a esquemático y geométrico?
¿Por qué pasó de ser fluido a trabado en seco?
¿Por qué se olvidó el control de la energía interna y pasó a ser de fuerza muscular?
¿Por qué se olvidó la utilidad tan resolutiva del kata-tegumi, y los katas se volvieron inútiles en combate libre?
Porque durante el alba del karate japonés, los universitarios, que eran los que tenían los medios y el poder, re-interpretaron el karate durante la nueva era (Meiji), condicionados por la MENTALIDAD CARTESIANA europea, y claramente influenciados por la tecnología e ingeniería de la MECÁNICA OCCIDENTAL.
Hablando en plata, esas incongruencias de interpretación occidentalizada sobre el karate tradicional emergente, no fueron mayores que las de coquetear con un satinado de finalidad decorativa y ornamental.
Y es que, a menudo se olvida que, los japoneses primero rapiñaron el sublime arte a los okinawenses. Y después, como en la era del espectáculo, el histrión es el rey; le inyectaron estética estéril que se comenzó a propagar como la yesca. Soslayando de este modo, y con cierta estulticia, los verdaderos atributos originales.
Por otro lado, la enseñanza que en un origen logró elevarse hacia lo más alto; siempre fue, de primera mano, en contacto directo entre personas. Es decir, de maestro a alumno, “i-shin-de-shin” (de corazón a corazón).
Pero en esta época a la que nos referimos, paso a campear a sus anchas la dictadura de una desligada ENSEÑANZA DE MULTITUDES. Y como un fantasma de posguerra, desembocó en paseo triunfal hacia una GIMNASIA imperialista para fomentar el espíritu de estado, ante la recién guerra perdida.
Ahora, si bien es lícito alimentar dudas sobre si nosotros hemos extendido la mano hacia una mal-comprensión de las enseñanzas originales, no lo es menos el pensar que los pioneros japoneses ¡¡¡INTERPRETARON DE FORMA CONTRADICTORIA EL KARATE NATURAL!!!
Y por resumirlo mucho, los “okuden secretos del karate” de su época dorada, se decoloraron hasta perderse.
Esto motivó que se obviara el “sistema dinámico físico interno”, y con ello, la desaparición del sutil refinamiento de la energía interna “chi” o “ki”.
Y por añadidura final, se esfumó despavorida la armonía del magistral tegumi, combate real de los kata, en el que el corazón del karateka se abría libre y fluía en mágico continuo con delicado encanto, como un río hacia el precioso mar de infinitos espacios abiertos.



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