domingo, 29 de enero de 2017

EL "DO" SILENCIADO



EL "DO" SILENCIADO
La vida íntima del karate
“El espíritu del karate por antonomasia, necesita de un lugar donde vivir, tanto si es una mente clara o un corazón abierto” 

Y lo encuentra dentro del "DO".
Por eso, no se dice KARATE sino KARATE-DO
Y tal DO, es la fascinante filosofía del KARATE y la profundidad del mismo.
Un principio delicioso de verdadera sabiduría sobre el corazón de la vida.
Una manera de conducirse en las experiencias vertiginosas del KARATE.
El estilo de vida que propone el KARATE como forma de inter-actuar.
                                       
DO se traduce por "GRAN CAMINO".

Pero decir "gran camino" es peor que no decir nada, porque podría mal-informarnos debido a un mal-entendimiento, o en el mejor de los casos mantenernos tan desinformados como al principio. Y la verdad, no hay ser humano que pueda asimilar tanta desinformación sobre el tema.

Tanta desinformación no es porque no se diga nada, sino por la problemática de las palabras. Problema que se refiere a que aunque estemos pensando la misma palabra, no significa que estemos pensando la misma idea.

En tal sentido y refiriéndonos al término "camino", me parece que hay por lo menos, tres acepciones sobre el mismo:

El "camino" pedestre que da soporte a los pies para caminar.

El "camino" doctrinal especulativo, que cifra su atención al "pensamiento único" derivado de la estupidización por la "moral de rebaño" y del "ser de redil".

El "CAMINO" existencial, que ha sido silenciado por los intereses del gregarismo doctrinal. Este camino para mentes despiertas, resulta ser un potencial maravilloso, que se va construyendo en intuición pura, al caminar en deriva natural dentro de la pura vacuidad, y que representa el mundo profundo visto con ojos sensibles y escuchado con sabores sutiles.
Bien...
El término "Do" ha sido y es frecuentemente interpretado como el "camino doctrinal" que nos conduce a ser un artista marcial superior. Un hombre superior más feliz que una perdiz gracias al agarradero doctrinal lleno de valores que aspiran a ser la pera limonera:

PERFECCION constante.

ESFUERZO y valoración de lo difícil de alcanzar.

ELECCION de lo bueno ante lo malo.

IDENTIFICARSE con lo que se cree bueno.

RECTITUD MORAL firme del bien contra el mal.

Querer PROGRESAR rápido.

Necesidad de AYUDAR a los demás.

Actuar con HUMILDAD.

REPRIMIR la violencia.

Etc…

Ante tal panorama para pasmarse, opino lo mismo que dijo el doctor a un accidentado...: "no me gusta nada...".

Y a mi tampoco me gusta porque tanta humareda normativa apesta a feo.

Bien es verdad, que donde hay humo hay fuego, pero también puede haber un montón de estiércol reciente.

Si damos por sentado el segundo paradigma, habrá más preguntas que respuestas. Pero trataré sólo la pregunta típica de los niños pequeños. La que dice: ¿porque?

Y tiene gracia que su respuesta dará pie al precioso momento entre el engaño y el momento en que se descubre el engaño.

Pues ahí va:

Las normas son cosas. No como las sillas, pero son cosas.

Los pensamientos son cosas.

Y los debería también...

Pero el DO...El DO no es una cosa.
Es sólo un curso de acción sutil.
No es una posición.
Es un equilibrio dinámico.
Es el curso fluyente del mundo en equilibrio dinámico, dentro y fuera de nuestro cuerpo.
La realidad última y silenciada que esta por debajo de todas las cosas.
El DO no es algo que uno pueda hacerse con él y usarlo como el que usa un martillo.

Ese tipo de "Do" trasnochado por la necedad del "esto esta bien, esto está mal", es el opio de los bobos bajo coacción acrítica de la tradición, que como un gallo se apoya sobre la pata del "bien del cielo" y esconde la del "mal del infierno", pero no hace más que correr un es-tupido velo sobre el funcionamiento de la realidad que siempre va sobre dos patas opuestas.
Es un pseudo-Do cargado de artificios concienzudos QUE ENGAÑAN sin llegar a MENTIR.

Es un pseudo-Do que nos encasqueta formulismos exiguos, grotescos y yuguladores, frente a una realidad inabarcable e inalcanzable que sólo podría alumbrar una mente vacía y libre de opuestos.
De hecho, cuando el hombre incorrecto, hace lo correcto se torna incorrecto.

Es un pseudo-DO que RECHAZA una parte del mundo y ACEPTA la otra.

El DO silenciado por lo superficial, pero que brilla en la sombra en todo su esplendor, es otro cantar que prefiriendo lo conveniente a lo inconveniente acepta ambos con alegría y agradecimiento por el aprendizaje que supone tanto uno como otro, porque en realidad no se puede decir honroso sin deshonroso. Lo que supone que bajo esta óptica, la fealdad ya no es lo contrario de la belleza, sino su otra cara. Y por tanto, hay que tomar las cosas como son, no existen otras; y a las personas como son, tampoco existen otras.

El espíritu DO, siendo de horizontes grandiosos y abiertos, aconseja hacer lo que haya que hacer, no porque SE DEBA, ni siquiera porque SE QUIERA, sino porque ES IRRESISTIBLE. Y entonces, lo que es bueno...es bueno porque hay que hacerlo. ¡no hay que hacerlo porque sea bueno!

Buena bondad es hacer sin interferir en nuestra naturaleza, espontanea y sin imponer, abandonados a una levedad y una pasividad rayana con lo inexistente que denominamos "mística femenina". Aceptando sin titubeos y sin luchar, sin imponer y sin resistirse. Sin dejar rastros de camino para que nadie lo siga, porque lo que le va bien a uno le va mal a otro.
Un tiburón huele la sangre a 15 km; un hombre es distinto, puede hacer lo mismo pero con los churros.
Nadie exigiría a un karateka manco de los dos brazos hacer puñetazos, ni a uno cojo hacer patadas porque sea la norma del karate, sometiéndose a las normas como si fuese magia obligada. Aunque si lo prefiere, puede seguir confiando en la pata de conejo, pero recuerde que al conejo no le sirvió.

Cada uno debe crear su propio camino, liberado de la enfermedad de los contrastes superficiales que camuflan el aroma del DO, que es el telón de fondo de todo lo antedicho.

Los vampiros son seres inventados, como los duendes, los gremnlins y las normativas artificiales y limitantes creadas por Moisés el bíblico, para controlar cabestros, que hallaron asiento a tenor de los caprichosos Mandamientos que nadie, que se sepa, pudo cumplir. Y a partir de ese vetusto marco en sepia, nos hemos hecho eco de todo un vendaval de doctrinas a modo del "super-yo de Freud", lleno de imperativos, preceptos y normas que provienen de la sociedad y la religión, que censura los actos innobles y aprueba los nobles, dejando al yo en la tirantez de un campo de batalla patológico.

Mis más atónitos respetos a los condicionantes que en el caso del karate, han cristalizado en los Dojo-kun, desde que Sakugawa ha dado el “do de pecho” con sus mandamientos del dojo, que todos conocemos, hasta uno de los últimos, propuesto por el actor Hollywoodiense, Chuk Norris.

A mí no me valen porque me demuestran ser las semillas de un craso error, montado en la miope inercia de la perdida del sabor del DO genuino que se ha transformado en una sospechosa caricatura normativa, moralista e impostora, a mi entender, inventada para mojigatos sometidos a las camisas de fuerza sumisas y corderiles de quien padece la ceguera empedernida por no ver la realidad intima del SER del mundo. De los que se expresan en cabezas ajenas, estupidizados por tabúes, credos, estandarizaciones que en vez de defender un KARATE real y natural, lo que defienden es una bobada dogmática que le sobra mucho más de un hervor.

Se sigue de todo ello que…
“contra lo natural, está inmunizado todo aquel que viaje con un Do de contrabando en la maleta”.

Pero...
cualquiera con menos inocencia de lo habitual, se dará perfecta cuenta de que seguir el DO perenne es otra cosa.

Es otra cosa que no es posible entender con facilidad. Y el hombre siempre niega todo aquello que no puede entender. Ya lo dice un proverbio Neandertal: "destruye todo lo que no entiendas". Pues el DO, tan sutil es que, señalarlo es como señalar el dedo con el dedo, y al ser inatrapable en palabras, no se puede "conocer", sólo se podría "ser", porque no se trata de cantidad de cosas a conocer, sino de un "salto cualitativo".

Sin embargo, haré un sutil esfuerzo de abstracción por señalar en su mente, una idea sabia y hermosa que está en mi mente. Por apuntar en su corazón un sentimiento de vibrante vida que está en mi corazón. Y que muchos nos acerquemos a lo que pocos saben.

El karateka que abraza el DO original se MOLDEA A SI MISMO. Abandona todas las "seguridades" y se zambulle, liberado y agudizado en el siguiente espacio de calma:

VALORA LO FACIL, que surge sencillo por natural y fluido.

ACEPTA TANTO EL BIEN COMO EL MAL, como cosas naturales del mundo.

NO SE IDENTIFICA con estilos, tendencias, modas…con nada.

Es como una estatua SIN TALLAR.

Es A-MORAL, porque sabe que a menudo, lo bueno es malo y lo malo bueno.

NO desea PROGRESAR RAPIDO, se mantiene feliz a cada paso que da como si fuese una meta en sí misma.

NO tiene la OBLIGACION moral de AYUDAR a nadie, porque a menudo los males empeoran con los remedios y a veces ayudar es más pernicioso que dejar las cosas como están.

Y…la VERDADERA HUMILDAD no se sabe humildad. Quien actúa virtuosamente de manera natural y espontánea, no sabe que lo está haciendo. En resumen, dime de lo que presumes, dime la conducta que exageras y te diré de lo que careces.
Sentir el DO nunca nos deja inmunes, porque no es de cabeza. Es algo vívido como una silenciosa melodía transformacional que hay que saborear.

Con esto quiero llegar a que, existe un lugar palpitando en silencio dentro de nosotros, que trasciende el pensamiento enrocado de normas, imposiciones, auto-imposiciones, deberes, opiniones, conocimientos acumulativos...Y para liberarnos a esa experiencial esencia, eterna, desinteresada, divertida, tierna, hay que silenciar el interior.

Y es entonces, cuando se descubre algo enriquecedor que está más allá de lo visible.
EN SILENCIO.

Más allá del bien y del mal.
Más allá de lo correcto e incorrecto.
Más allá de lo bonito y de lo feo.
En un lugar neutral, y muy NATURAL se encuentra el DO.

ARTIFICIAL frente a NATURAL

El DO desconoce lo artificioso.
El DO desconoce las creencias.
El DO desconoce la razón.
El DO es la no interferencia de constructos mentales en lo natural.
Por ejemplo, un caballo es natural, una silla de montar es un constructo.

El DO es el vértigo fluyente de una hoja al viento.
El DO es como el agua que fluye por el valle.
El DO es aquello alrededor de lo cual, las cosas no pueden dejar de variar.
El DO es sintonía con lo NATURAL.

Es la inacción que nunca deja nada por hacer.
Es lo que mira por los ojos.
Es lo que inspira lo que pensamos.
Es lo que inicia cuando nos movemos.
Es lo que funciona por si mismo.

Confiar en lo que ocurre por si mismo, es el DO.

Permitir que nuestra intuición interior haga las elecciones, en vez de nuestros deseos, es el DO.
Evitar lo excesivo y lo demasiado poco, haciendo las cosas un poco menos del máximo, es el DO.
Seguir el juego de la vida sin reaccionar en lucha y huida, sino con la benevolencia de la naturaleza, en armonía espontánea es el DO.
Mirar las cosas a la luz del cielo, es decir, de manera relativa, es el DO.
Seguir los cursos de acción sin esforzarse, sino rodeando, cediendo y continuando, es el DO.
Navegar al favor del viento, cortar la madera por la veta y seguir la corriente de todas las cosas es el DO.
No socavar la importancia de cualquier punto intermedio, por tomar objetivos vitales como si de destinos a los que hay que llegar se tratase, es el DO.

Eso es en la senda del DO, lo demás son cuentos del "homo dogmáticus" para doblegar al cuerpo a través de la mente.

Pero... como la mente y el cuerpo duermen en la misma cama...
el DO es el camino natural de la influencia psico-física.

Por ello, si no actúas como piensas, acabaras pensando como actúas.
A saber que, pagando el bien con el bien y el mal con el bien se obtiene bondad interior
A saber que, con sinceridad ante sinceridad e insinceridad se obtiene sinceridad.
A saber que, con tranquilidad ante tranquilidad e intranquilidad se obtiene tranquilidad.
A saber que, con armonía ante armonía y desarmonía se obtiene armonía.
Y así con todo…
Nunca se agota sino que nutre. Lo que se da es lo que se consigue.
No es como los trozos de una tarta se reparten, que cuantos más se dan menos se tiene.
Es un VACIO del que todo surge espontaneo y se llena con lo que da.
Es un VACIO que nunca llega a estar colmado.
Si damos la hora a alguien no nos quedamos sin ella y argumentaremos. Lo siento, lo siento...no le puedo dar la hora porque ya se la he dado a aquel señor de allí.

Y...hablando del vacío del DO, no puedo obviar el término KARA.

KARA.

Ese punto neutro es como un "vacío" para ser llenado durante el caminar.
El término "vacío" se dice "KARA". Y es el "KARA" de "KARA"TE-DO.

"Vacío" no es nada del otro jueves, lo tenemos más cerca que nuestras narices e incluso más cerca que nuestra próxima respiración. Pero aún así hay que explicarlo:

A lo largo de nuestra vida hemos pasado por las etapas vitales, infancia, adolescencia...cambiado de manera de pensar y de sentir.
Pero, hay una presencia primitiva en atención plena dentro cada uno de nosotros que nunca muere, que ha permanecido en discreto encanto, siempre inmutable, informe, indiferenciada, es una no-cosa atemporal, silente, vigilante, "libre de condicionamientos".
Una conciencia pura "libre de identificaciones y proyecciones".
Un lugar puro, libre y ligero.
Es un punto cero, el vacío primordial del que nacen los pensamientos y las acciones naturales. Si estamos cargados de opiniones, nada nuevo surgirá. Hay que dejar que la mente se aclare, como la superficie del agua, para verlo todo reflejado en su superficie.
Si podemos observar los pensamientos es que hay un observador.
Por tanto, el autoconocimiento no existe, el conocedor y lo conocido desaparecen en ese observador vacío, que parece ser una conciencia pura sin forma ni sustancia, un vacío que no es precisamente ausencia de algo sino presencia de infinito. Un vacío cuántico del que surge todo, y que sólo podemos observar cuando silenciamos durante un momento la centrifugadora cerebral.

De modo que la técnica para conectar con el DO y seguir su gran camino, el camino de nuestra naturaleza íntima, es conectar con el vacío unificador como una fuente saturada de inagotables posibilidades que fluyen en continuo cambio.
¡Atención! y es bueno saber estas cosas, porque así como uno no puede estar nunca fuera del DO, lo suyo es ser consciente del mismo. Y lo haremos desde un asiento de primera fila.

Observación DE nuestra verdadera naturaleza.
OKUDEN (secreto revelado) nº 1.-
Para ello es preciso poner bozal al ego y saborear la experiencia pura y dichosa, contemplando vívidamente el espacio vacío que hay entre pensamiento y pensamiento, alerta al nacimiento del próximo pensamiento como un gato espera la salida del ratón de su ratonera (mokuzo). De este modo despertamos a la conciencia pura del DO, restauramos el equilibrio natural, al estar más cerca de nuestra naturaleza, y sin quererlo siquiera, a través de esta vigilia radical, se entrará en un estado más sosegado con actitud corporal más relajada y mente más aguda, aunque no fuera eso la intención; actuando como un bálsamo saludable. Y esto es así porque del vacío surge el orden. Y parece ser que, cuanto más cerca nos encontremos de él, más orden sentiremos.

Observación DESDE nuestra verdadera naturaleza.
OKUDEN nº 2- 
Fijar un mantra, que puede ser una palabra, o una técnica cualquiera. Y observar, sólo observar. Aunque lo mejor es surfear los movimientos del oponente, con plácida amabilidad, durante la praxis del TEGUMI. Esto no es más que situarse dentro de la conciencia pura del DO, que no es una no-nada y una no-cosa. Pero que sea una no-nada y una no-cosa, no significa que carezca de valor e importancia. De hecho posee la máxima importancia y valor porque parece ser algo inconmensurable que siempre espera resonando en silencio para convertirse en energía y forma.

Parece ser que en los niveles groseros del mundo, rodeado de pensamientos, sentimientos, mesas, sillas, etc...hay poca energía y se puede comprobar quemando una mesa. Mientras que en los niveles más sutiles, de átomos, de conciencia, vacío cuántico, etc...hay mucha energía potencial dispuesta a ser liberada y se puede comprobar liberando la energía de un átomo.

Por tanto, parece ser que, el origen del pensamiento es el vacío "KARA", del que parte el orden absoluto que conduce a la armonía de la no-resistencia con el oponente o no-oponente; y la energía (KI), que es la energía vital y también la fuerza que se expresa en los movimientos, aunque refinada hasta sentirse como el agua del mar o el viento.

Pues bien, dicen los que saben mas que yo que, a cada pensamiento le acompaña una onda vibratoria, que se puede entender como sentimiento, que se torna más adulterada, debilitada, a menudo perjudicial y a veces abominable, a medida que se aleja del vacío del que procede, a causa de la interferencia y desequilibrio que procede de interactuar con otras ondas de pensamiento-sentimiento, desordenadas por estar lejos del "vacío", con las que se encuentra e interactúa. Como las olas del mar que se encuentran con otras ondas contrarias, y así se debilitan o mutan desordenadamente. Por eso, permaneciendo en el nivel grosero de la mente", el "Dojo-kun" es al EGO como agua para chocolate, actuando a modo de receta, y alejándonos del DO más que el diablo del agua bendita.
                                       
Y como no me parece apropiado profundizar más en el tema relacionado con KARA, seguiré explicando la relación que guarda el término TE con el DO, para no arriesgarme más en cansar a nadie.

TE.

En el amanecer de los tiempos, desde la entrada en escena del "homo hábilis", la tarea subalterna de estar de pie, ha liberado las manos, y estas han conducido al despertar de la máxima expresión sensible del hombre.
Y es cuando descubrimos el TE. No me refiero al que toman los ingleses a "la hora del té", es el TE que se expresa desde la simplicidad del "vacío" del DO.
es el TE de KARA"TE"-DO.
"Mano" (TE) es una alegoría de la expresión más profunda e íntima del hombre, la potencia de lo que puede llegar a ser y expresar.

Sea entendido de una vez por todas que, mientras "SER ALGO" ES SER LIMITADO, ser como un vacío es no tener límites. Y el karateka que vive en el DO, es silencioso como la arcilla sin moldear, de posibilidades amplias que no se identifica con maneras de ser, sino que permite eclosionar todo lo que él mismo puede llegar a ser. Sin esforzarse por ser distinto, sino aliándose con el destino. Encontrando el primaveral patrón interior para seguirlo.
Un arbusto no debería interferir pretendiendo ser un árbol, porque sería un mal árbol. Un arbusto sólo podría pretender ser un BUEN arbusto, y la excelencia para él, sería desarrollarse como buen arbusto.
Cuando un niño danza bajo la mirada de un examinador, el forzar para hacerlo perfecto hará que se muestre ansioso, tenso y artificial. Mientras que si, siendo lo que es, danza natural e ingenuo sin que nadie lo mire, su danza será integra y auténtica.

Eso es lo que significa expresar la propia potencialidad (TE). Por tanto, hay que aguzar la sensibilidad e intuición hasta alcanzar nuestro manantial de vida más genuino y vivir expresándonos concordante a él. Y esa expresión sin esfuerzo, en la senda de la propia potencialidad es lo que se conoce como "mano", en el sentido metafórico de que la mano es la expresión sin obstáculos más intima de nuestro interior.
El DO está en todo, pero no todo es el DO.
Hasta donde yo se, las manufacturas de la mente, las metas, los debería, la necesidad de aprobación, la competitividad, el engaño, el victimismo, la culpa, la preocupación, el resentimiento, no aceptación de áreas del mundo, el perfeccionismo y cuantas cosas no siguen el curso cándido y puro de la naturaleza, no son el DO y no enriquecen al hombre ni pertenecen a la magnificencia del KARATE.

Ahora bien, dicho todo esto, cabe preguntarse:

¿como vive el hombre del DO la práctica del KARATE-DO?
A mi entender y a mi explicar...en un universo líquido, consciente de que la técnica que se puede cristalizar no es la verdadera técnica.

Cristalizado es el origen del KATA y BUNKAI.
Sin cristalizar es el origen del TEGUMI y de la FORMA SIN FORMA.
La técnica sin cristalizar es lo práctico, la transición vacía entre técnicas, que es lo útil.
El karateka del DO, usa el kata y su explicación práctica como un clínex de usar y tirar.
Lleno de deseos por ganar o no perder se llega a las apariencias.
Libre de deseos se encuentran los misterios del "flujo".

El hombre-verdad del DO fluye en un dialogo de gentiles, con armonía sin forzamientos (JU-NO-RI).
Como el agua. Sin forma pero adaptable. Suave pero infatigable. Claro y tranquilo. Ocupando los lugares más bajos para llegar a lo más alto.
Hace sin hacer, en "momentum" espontáneo (HEN-O), y así nada queda por hacer.
El flujo es agente y paciente (hace y se deja hacer).
Es vacío fecundo del que manan todos los movimientos dentro de un margen de bienestar.
Es a la vez receptáculo que se adapta a todo movimiento adverso.
Se comporta noble, como el agua disolviendo terrones de azúcar.
Es silencio suave y pacífico.
El hombre que vive en el DO universal es como el espíritu del valle, cultivando su capacidad receptora y su humilde actitud de ceder con amabilidad.
Pero...cuando devuelve la energía sabe que, más vale detenerse en equilibrio y cambiar antes que excederse, porque todo exceso se transforma en su opuesto, y así es como frecuentemente ríe el exceso de la tristeza, llora el exceso de la alegría.
La competencia, la lucha; pensar en defenderse o atacar, ciega al hombre.
Actuar con espíritu bonachón ilumina al hombre. Abandonado como una rama responde al viento.

El karateka del DO se deleita en la vigilancia penetrante, sereno como un lago profundo, mientras permite que las cosas ocurran espontáneamente a su alrededor, inhibiendo la voluntad de imponer las cosas. Porque sabe que, los actos de voluntad son limitantes. Cuando se escoge algo se excluye todo lo demás, igual que cuando alguien contrae matrimonio con una mujer renuncia a todas las demás.
El karateka de DO enraíza los pies en la TIERRA como una esponja que absorbe sin esfuerzo ese vigor cálido y nutriente. Aligera la cabeza, sencillamente suspendido como si flotase en el cielo y en cada exhalación baja la tensión como colgando de nuevo a la tierra. Todo movimiento florece en descanso, como un suave oleaje que atraviesa el cuerpo, mientras la cadera y su centro, dan sentido al movimiento.
Favorece alcanzar el DO centrarse en el eje central, desnudo de apegos de defensa o ataque.
Encarnar el eje central es lo más parecido al DO, dentro del cuerpo.

Y ante la ineludible ley natural del CAMBIO, es preciso adaptarse en EQUILIBRIO DINAMICO, haciendo SIN-HACER y en estado de NO-MENTE (MUSHIN). O sea, hay mente pero no es la mente de los "mapas mentales" sino la de los "territorios". Sobre el eje central es sobre el que gira todo cambio, es invisible, intangible, inescrutable, inmaterial...EL SILENCIO DEL VACIO.
Piénsalo y no hallarás su rostro ni su dorso.
Saborealo y podrás conocer el insondable misterio.

Una vez explicado el KARATE y el KARATEKA del DO, otra pregunta no puede faltar:

¿Cómo identificar lo que no es el DO?
Muy fácil.
Desde que el mundo es mundo, poseemos una alarma natural: los sentimientos.
Sentirse mal es no seguir el DO.
Sentirse bien si.
Bien se siente quien observa en calma serena su interior, y amplia los espacios abiertos en la mente. Recreando en el insondable interior, el éxtasis de la más completa vacuidad, la más sagrada calma serena, en callado silencio con la claridad espiritual de un tierno niño recién nacido.
Bien se siente quien actúa en la práctica gozosa del karate en un universo líquido, como parece ser la ley profunda y oculta del mundo, en la actitud bienhechora con auténtica pureza, y siempre en descanso, relajando constantemente el cuerpo en todo lo que estemos haciendo…en armonía con lo que nos rodea.
Haciendo sin hacer.
Así entendido. el karateka del DO, se desplega con sencillez en los confines de una mente cristalina no limitada por nada, como el agua que lo refleja todo y no atrapa nada.
Fresco y espontáneo, receptivo a adaptarse a todo como la superficie del agua responde al toque de un dedo.
Alerta y muy agudo a todos los pequeños detalles.
En mansa espontaneidad de respuesta.
Sin preferencias sobre lo que la vida le presenta; 
porque lo que se presenta es una lección,
y siempre algo positivo va en ella.
En permanente alerta a los pequeños detalles,
evitando caer en la rutina.
Imparcial, considerando bueno a lo bueno, 
y bueno también a lo malo.
No deseando demasiadas cosas.
El karateka del DO, 
escruta en silencio los abismos de la tierra (desgracias) 
y levanta la mirada al cielo (expectativas) 
con la misma paz infinita e imperturbable calma.
Artículo Original de Félix Bargados.

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